martes, 3 de mayo de 2011

Diario de Ecuador 9: De ballenas y piqueros


        6 Diciembre 2007

       Hola a todos otra vez ¿qué hay  de nuevo?

     Yo ya estoy en la costa del Pacífico y estoy flipando mogollón aquí con lo que he visto estos días.

     El lunes tomé un autobús que tras prácticamente todo el día de recorrido me traería a la costa. Atravesé el Parque Nacional de Cajas, un lugar que recuerda a las zonas más altas del Pirineo, donde ya sólo hay pastizales y una enorme cantidad de lagos, dicen que en el parque nacional hay más de 200. Luego en la bajada encontramos un gigantesco y espectacular mar de nubes del que sólo sobresalían las más altas cumbres de esta zona de los Andes, estos Andes que pronto iba a perder de vista. La verdad es que era impresionante, nunca antes había visto un mar de nubes tan gigantesco, parecía que iba en avión en lugar de por carretera. Seguimos descendiendo hasta llegar al nivel de las nubes y ya el día soleado desapareció para dar lugar a la niebla, entramos en lo que aquí llaman las selvas nubladas, un tipo de bosque que está permanentemente cubierto y goza de una exuberante vegetación de la que cuelgan miles de lianas y todo recubierto de líquenes colgantes, lo único que destaca de tanto verdor son unas orquídeas blancas que salpican todo el bosque.
    Luego salimos a la selva seca, y me sentí transportado a Africa, era un tipo de bosque similar e incluso había baobabs, la verdad es que no me lo esperaba, ya había dejado atrás los Andes y el calor era sofocante. A continuación entramos en la zona de plantaciones, kilómetros y kilómetros de plantaciones de banana, cacao y luego kilómetros de campos de arroz, creando un paisaje muy similar al de Bali o Vietnam. Ya veis, en tan corto recorrido se viaja aparentemente por el paisaje de tres continentes. También había enormes campos de árboles del mango, babakos y papayas por citar sólo algunas frutas. Por mucho que te cuenten nunca hubiera imaginado la increible variedad de hábitats y paisajes que se puede encontrar en Ecuador, Y EN TAN POCO ESPACIO....

    Tras cinco horas llegué a Guayaquil, la ciudad más grande del país y que goza de muy mala fama, por lo que a pesar de estar cansado de autobús no quise parar allí y tomé otro a mi destino: Puerto López, a pesar de que sabía que iba a llegar bastante tarde y se me iba a hacer de noche por el camino, cosa que no me hacía nada de ilusión pues por esta zona del país hay asaltos nocturnos a los autobuses perpretados por bandas de hombres armados. Pero bueno, había que confiar y la cosa salió bien (claro está, tampoco asaltan a todos los autobuses ni mucho menos, si no quién iba a viajar...)

    El ajetreo en Guayaquil era tremendo, un enorme caos de autobuses, personas taxis, un mogollón de gente que aturdía. Finalmente encontré la zona de la estación donde salían los autobuses a mi destino y aquí estoy.

    Puerto López es un pueblito muy pequeño, está en el límite del Parque Nacional de Machalilla. Y  ¿qué es lo que tiene de especial este pueblo? Pues una cosa muy especial y curiosa. Todos los años para los meses de Julio y Agosto tiene lugar aquí la migración de la ballena jorobada, también conocida por Yubarta. Para los que no sepáis de qué tipo de ballena hablo os diré que es esa que tiene la tripa blanca y estriada longitudinalmente y la enorme cabeza cubierta de excrecencias calcáreas blanquecinas, producidas por los percebes y lapas que viven sobre su piel. Estas ballenas pasan el invierno en la Antártida alimentándose y tras cinco semanas de migración llegan a esta zona del mundo, frente a las costas de Puerto López para reproducirse unas y dar a luz otras. Vienen aproximadamente unos 400 ejemplares todos los años y debe ser un espectáculo tremendo. Imaginaros los machos en celo, con sus 18 metros y 30 toneladas saltando fuera del agua y cantando su canción para atraer a las hembras. Uaooooh, tiene que ser asombroso. Lástima que ahora no es la temporada y aunque no es improbable sí que es muy difícil ver alguna ballena a estas alturas del año. Qué le vamos a hacer. 

    Durante la temporada de la migración, el pueblo se abarrota de gente, parece mentira viendo la tranquilidad que hay ahora, que las carreteras y hoteles se colapsen. Según dicen los lugareños, vienen biólogos y curiosos de todo el país y del resto del mundo. Ahora mismo las pequeñas agencias locales de observación de ballenas están cerradas en su mayoría y las que hay abiertas lo que ofrecen es excursiones a la cercana isla de la Plata.
    Os mando esta parte del relato ahora, pues en este pueblo Internet es un asco y se corta constantemente. Ya he perdido varios mensajes y no quiero arriesgarme a perder este otro.













Date: Thu, 6 Dec 2007 02:49:15 +0100



     Bueno, pues como os contaba, había llegado con la intención de estar unos días tranquilito relajándome en las maravillosas playas del Pacífico y de paso visitar este Parque Nacional de Machalilla.

     Ayer cuando bajé a desayunar antes de irme a la playita, me vinieron unas chicas hispano-holandesas a ver si me quería ir con ellas a la Isla de la Plata. Eran cuatro y les habían dicho que hacían falta siete personas para fletar un barco hasta allí, así que como yo iba sólo y ellas eran cuatro, no desperdicié la ocasión para unirme y formar grupo. Dos de estas chicas eran hijas de emigrantes españoles a Holanda en los años sesenta (ya veis, ahora muchos se quejan de los inmigrantes ecuatorianos en España, pero hasta no hace mucho éramos nosotros los que nos íbamos a Holanda, Alemania y Francia) y las otras dos también hablaban perfectamente el español.

    Al final conseguimos grupo y nos fuimos a la isla. Con el barco que pillamos de dos motores y que andaba a una velocidad de vértigo sobre el embravecido mar nos costó una hora y media llegar. Estaba a 24 millas de la costa y el viaje fue espectacular aunque hubo quien se mareó, no me extraña, con los botes que daba aquello a esa velocidad.

    La principal atracción de la isla son las enormes colonias de aves marinas que anidan allí. Dicen que aquello es la Galápagos de los pobres y la verdad es que sin tener tanta fauna como las famosas Galápagos, se le parece mucho. Tienes que ir con un guía-biólogo a hacer el recorrido y nos llevó una chica muy maja que sabía un huevo la tía. Subimos a lo alto de la isla y allí a dos metros de nosotros anidaban miles y miles de aves. Es increíble, hacen los nidos directamente en el suelo, simplemente escarban un pequeño hoyo y ahí ponen los huevos. Son piqueros de patas azules, unas aves que tienen las patas completamente de color azul celeste y que son idénticas a los alcatraces pero más pequeños. Se mueven torpemente en tierra, pero en el mar son auténticas flechas. Unas están incubando los huevos y otras ya tienen polluelos. Pudimos ver todas las fases  a placer. Otras aves sobrevuelan la isla, muchas desconocidas para mí, pero hay buitres zopilotes que esperan un descuido de los padres para robar los polluelos (del tamaño de una gallina) de los piqueros.
     En otra zona de la isla hay enormes colonias de fragatas o rabihorcados, unas preciosas aves negras de muy gran tamaño. Estas anidan en los pelados árboles de la isla. Hay miles y miles de ellas y la algarabía es tremenda. Los machos inflan la membrana roja de su pecho como un globo para atraer a las hembras. El olor es tremendo, todo el suelo y las ramas son blancas debidos al guano (las cagadas de pescado de estas aves).  Hay algún lobo marino y pingüinos, pero no conseguimos verlos. Las fragatas son las únicas aves marinas cuyo plumaje no es impermeable, por lo que no se pueden zambullir. Tienen que pescar los peces en superficie con su ganchudo y afilado pico y su nombre viene por la habilidad que tienen para atrapar a otras aves en pleno vuelo y obligarles a que regurgiten algún pez para ellas. Es una pasada verlas volar, son auténticas acróbatas.

    También vimos muchísimos pelícanos zambulléndose en picado para atrapar los peces, al igual que multitud de distintos tipos de gaviota, los famosos pinzones de Darwin que fueron fundamentales para elaborar la Teoría de la Evolución de las Especies, y en fin, qué os voy a contar, QUE ESTABA MARAVILLADO.

    Luego fuimos a hacer snorkeling, pues toda la isla está rodeada por arrecifes de coral y pudimos ver desde grandes tortugas marinas, peces loro, pez cirujano, cofres, damiselas, mariposa hasta nadar dentro de un inmenso banco (escuela que le dicen aquí) de hermosos peces ángel azules. Bueno, un lujazo. Raquel y Esther, vosotras que sois buceadoras tituladas, tenéis que veniros por aquí alguna vez, vais a flipar en colores, nunca mejor dicho.
  
    Hoy me he ido de pesca. El ambiente pescador aquí lo impregna todo. Los hombres trabajan arreglando sus barcas, otros descargan el pescado y cientos de pelícanos, gaviotas y fragatas pescan unos y piratean otras. Es contagioso, quiero ir a pescar ¿cómo un pescador como yo va a perderse esto?

    Ayer tarde al volver de isla de la Plata estuve mirando para ir a pescar en barco, al curricán, hay atunes y peces espada por aquí, pero al estar yo solo me sale bastante caro, pues hay que pagar dos marineros, el barco, el gasoil, etc... O sea que esperaré un poco a ver si hay alguien más para compartir gastos.

   Pero esta mañana, me fui a desayunar y me entró un pescador (el tío se hacía llamar Winston, Winston Churchill, ja,ja,ja)  a ver si me quería ir con él. Claro no era pesca al curricán, sino con sedal directamente pero no me lo pensé dos veces. También se venía una pareja de franceses (ella también era hija de emigrantes) y otro pescador.

    Hoy fuimos a isla Salango, mucho más cercana a la costa. Ha sido muy emocionante. Primero pescamos en un punto donde hemos sacado bastantes peces. Yo concretamente he sacado 6 ejemplares de lo que aquí llaman Pez Holandes, preciosos, rojos y con reflejos grises y manchas amarillas. Entre los 5 hemos sacado unos 30 (también de alguna otra especie muy vistosa). Luego fuimos a otro punto donde se pescaban Ballestas (aquí les llaman Chancos,como el cerdo)  pero estas las soltamos todas pues aunque a mí me parecían bastante grandes el pescador decía que eran pequeñas y no daban la talla. También sacamos 2 caballas.

   Luego, con parte del pescado, los pescadores nos prepararon la comida.  Ceviche se llama el plato que nos prepararon. Sacan los lomos del pescado (el resto para los pelícanos y fragatas) los trocean y los ponen a macerar en jugo de lima durante un cuarto de hora. Luego añaden cebolla, tomate y pimiento verde picado en pequeñísimos trozos y.... A COMER.   Joder, de verdad, estaba bueníiiiiiiisimo, al principio me daba cosa al verlo hacer, pero luego, me he puesto hasta los ojos.  Si lo queréis hacer se puede hacer con cualquier pescado blanco, pero claro, tan fresco como el nuestro que aún no hacía media hora que lo acabábamos de sacar lo vais a tener un poco más difícil.

   Pero lo mejor estaba por llegar. Iba yo por mi segundo plato de ceviche cuando..... De repente he visto un enorme lomo negro salir del agua. He soltado el plato y he gritado ¡¡¡¡BALLENAAAAAAAA!!!!!!!!!    Hay estaban, dios que emoción, eran dos ballenas, una madre y su cría nadando alredor de la isla. Eran enormes, se sumergieron y ya todos habíamos soltado el plato y los pescadores hicieron bien su trabajo. Con su instinto rastreador forjado durante años y años de avistamientos imaginaron la ruta que iba a seguir la ballena y su ballenato y dirigieron la barca hasta la zona donde esperaban que volvieran a emerger a respirar. Tras varios minutos aparecieron a unos 15 metros de nuestra barca. Fue espectacular, allí estaban con su cabeza llena de excrecencias y su inmenso lomo negro. No hice casi ni fotos, prefería contemplarlas antes de que volvieran a desaparecer. Las vimos emerger 4 veces y luego las dejamos ir en paz.  QUE MARAVILLA, QUE SENSACION DE PAZ Y DE AGRADECIMIENTO AL PLANETA POR HABER PODIDO VER ALGO ASI. No tiene nada que ver con verlas en la tele, de verdad. La euforia de los cinco fue tremenda y eso que los dos pescadores las habían visto tantas veces...

   Aún maravillados nos fuimos a hacer snorkel y casi que vi más peces en isla Salango que en la de la Plata, a pesar de que esta última es la protagonista del Parque Nacional. Pero si las ballenas me habían maravillado, al igual que el día anterior fueron las tortugas marinas, hoy tuve un postre de excepción: pude ver siete rayas, algunas enterradas y otras nadando a mi alrededor.

    En fin, hoy dormiré feliz. No os atormento más con mis historias. Sólo dar las gracias al cielo por todas estas maravillas de la Naturaleza que he podido ver en estos dos días. GRACIAS MADRE TIERRA, GRACIAS PACHAMAMA



0 comentarios:

Publicar un comentario