28 Noviembre 2007
Hoy alquilamos unas bicicletas y nos fuimos a hacer un impresionante descenso. Desde Baños hasta Puyo hay65 Km . La intención era recorrer esa distancia, aunque al final no lo hemos podido terminar pues nos hemos entretenido demasiado en las maravillas del camino.
¿Qué tiene de especial esta travesía? Bueno, pues en esta distancia dejamos atrás los Andes y nos internamos enla Amazonía , ni más ni menos, y tan sólo en esa pequeña distancia se realiza semejante cambio.
Como podéis imaginar el desnivel es brutal, y es por eso por lo que es tan interesante recorrerlo en bicicleta. ES BESTIAL. Hay pendientes vertiginosas y profundos barrancos. El camino está plagado de grandes cascadas que son la principal atracción turística. Para recorrer el enorme cauce del río y plantarte sobre lo alto de las cascadas, los ecuatorianos han creado la tarabita, una sirga y una canastilla que hace de tirolina sobre el vacío. Es una pasada, yo tomé una y da un vértigo que te cagas, pero es espectacular sobrevolar el cauce del río y la cascada desde esa altura.
También hay unos sólidos puentes colgantes, aunque no por sólidos dejan de bambolearse cuando los cruzas.
Pero lo mejor y más impresionante hoy ha sido la vegetación. Poco a poco los bosques de las laderas eran más y más espesos. Hasta que te das cuenta de que estás en plena selva tropical. Cuando dejabas la bici y te internabas por algún camino por donde era posible, parecía que habías hecho un viaje en el tiempo. Plantas de enormes hojas, algunas grandes como una persona, helechos gigantescos como árboles te trasladaban a los tiempos del jurásico. Luego la variedad, forma y colorido de las plantas es algo asombroso. De verdad que parece que te hayas convertido en un enanito cuando paseas bajo esos gigantes vegetales. Hemos visto varios colibríes y pájaros de vivos colores y de nombres desconocidos. El sonido del bosque es una pasada, semejante coro de cantos de quién sabe qué animales. Los insectos, bueno, todavía no hemos visto ninguna araña gigante ni nada por el estilo, pero el colorido iridiscente de los que hemos visto estaba a la altura del plumaje de las aves.
Cuando decidimos que ya era hora de volver, esperamos a que pasara algún autobús y cargamos las bicis en él, y ya para Baños. Hemos visto llegando a la ciudad que el volcán está despejado y hay buenas erupciones, o sea que nos vamos a ir a alguna ladera desde donde se vea bien, para verlo en erupción por la noche. Tiene que ser realmente espectacular.
Un beso, hasta pronto
Hoy alquilamos unas bicicletas y nos fuimos a hacer un impresionante descenso. Desde Baños hasta Puyo hay
¿Qué tiene de especial esta travesía? Bueno, pues en esta distancia dejamos atrás los Andes y nos internamos en
Como podéis imaginar el desnivel es brutal, y es por eso por lo que es tan interesante recorrerlo en bicicleta. ES BESTIAL. Hay pendientes vertiginosas y profundos barrancos. El camino está plagado de grandes cascadas que son la principal atracción turística. Para recorrer el enorme cauce del río y plantarte sobre lo alto de las cascadas, los ecuatorianos han creado la tarabita, una sirga y una canastilla que hace de tirolina sobre el vacío. Es una pasada, yo tomé una y da un vértigo que te cagas, pero es espectacular sobrevolar el cauce del río y la cascada desde esa altura.
También hay unos sólidos puentes colgantes, aunque no por sólidos dejan de bambolearse cuando los cruzas.
Pero lo mejor y más impresionante hoy ha sido la vegetación. Poco a poco los bosques de las laderas eran más y más espesos. Hasta que te das cuenta de que estás en plena selva tropical. Cuando dejabas la bici y te internabas por algún camino por donde era posible, parecía que habías hecho un viaje en el tiempo. Plantas de enormes hojas, algunas grandes como una persona, helechos gigantescos como árboles te trasladaban a los tiempos del jurásico. Luego la variedad, forma y colorido de las plantas es algo asombroso. De verdad que parece que te hayas convertido en un enanito cuando paseas bajo esos gigantes vegetales. Hemos visto varios colibríes y pájaros de vivos colores y de nombres desconocidos. El sonido del bosque es una pasada, semejante coro de cantos de quién sabe qué animales. Los insectos, bueno, todavía no hemos visto ninguna araña gigante ni nada por el estilo, pero el colorido iridiscente de los que hemos visto estaba a la altura del plumaje de las aves.
Cuando decidimos que ya era hora de volver, esperamos a que pasara algún autobús y cargamos las bicis en él, y ya para Baños. Hemos visto llegando a la ciudad que el volcán está despejado y hay buenas erupciones, o sea que nos vamos a ir a alguna ladera desde donde se vea bien, para verlo en erupción por la noche. Tiene que ser realmente espectacular.
Un beso, hasta pronto
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