domingo, 20 de noviembre de 2011

Un viaje a Malasia y Singapur 4: En el mar de Andamán


   El camino se iba volviendo cada vez más interesante. En la zona cercana a Ipoh empezaron a surgir montañas calcáreas cubiertas de jungla hasta arriba que me recordaban mucho a la zona de Nimh Bimh en Vietnam. La selva aún conservaba cierto espacio y había menos cultivos por aquí.

Tras cruzar un puente de 3 kms. de largo llegamos a la Isla de Penang, a la que puedes llegar en ferry o por este puente que han hecho en la zona más cercana al continente. Y ahí estaba Georgetown, la capital de la isla, con sus rascacielos blancos residenciales y sus montañas boscosas al fondo. A pesar de ser una ciudad de muy buen tamaño después de venir de Kuala Lumpur parecía que llegásemos a un pueblo.
Esta ciudad fue la primera colonia que hubo en la zona, anterior a Malaca y Singapur, y la verdad es que es una preciosidad arquitectónicamente hablando.

Chinatown

 Tiene un gran casco histórico de estilo chino mayormente y entre sus edificaciones encontramos multitud de templos taoistas, casas de comercio y antiguas casas familiares de un estilo chino muy tradicional. Algunos de los edificios y templos son realmente exquisitos. Me gusta mucho el ambiente y a pesar de los coches y la luz eléctrica uno se siente trasladado a esa época colonial. Los numerosos trishaws que hay en la ciudad contribuyen a esta sensación. Pero no nos engañemos, levantamos la vista y junto a estas preciosidades encontramos los rótulos de neón de negocios varios. Pero aparte de eso, como ciudad es la que más me ha sorprendido hasta el momento.


Little India

   También tiene su zona hindú, como no. Little India tiene muchísima animación aquí, y no te darías cuenta de que no estás realmente en India dada la cantidad de tiendas de bisutería, saris, joyerías, ropa y pastelitos que encuentras aquí. Como la India auténtica. Además, las tiendas de cd's musicales ponen los altavoces en la calle y atronando, con los últimos éxitos de Bollywood. No veas lo que ambienta.
Esa tarde la paso un poco malito. Algo de lo que he comido me ha debido sentar mal y paso la tarde vomitando, aunque afortunadamente al día siguiente me levanto bastante bien y aunque al principio me cuesta, consigo moverme y seguir el plan previsto.

Mezquita justo antes del chaparrón
Nos vamos de excursión a Penang Hill que es la colina más alta de la isla. Al llegar a sus pies cogemos un tren cremallera que nos sube 800 metros así de repente. Al llegar arriba, aparte de sentir bastante menos calor, tenemos unas vistas fabulosas de esta parte de la isla. Georgetown y sus rascacielos blancos se ven allá lejos, diminutos. El puente de tres kilómetros que la une al estrecho parece de juguete. Se ven los cimientos de lo que será un nuevo puente más al sur.


  Luego nos vamos al templo de Kek Lok Si, en lo alto de otra colina. Y la verdad es que es mucho más impresionante de lo que me podía imaginar. Es el mayor templo budista del país, compuesto por una serie de grandes edificios de enormes tejados con aleros anaranjados. Su arquitectura y la finura de sus detalles es simplemente maravillosa. A lo mejor a otras horas hay más turistas, pero ahora mismo estamos practicamente solos y el ambiente es de lo más relajante.

  Se está de maravilla aquí, qué tranquilidad, qué misterio, me encanta ir recorriendo el complejo sin saber qué será lo próximo que encontraré, si una enorme pagoda, un altar impresionante, un patio con una fuente llena de peces de colores, un corredor jalonado de estatuas budistas...

   Es de lo mejor que hemos visto hasta ahora en el viaje. Y para hacer todavia más espectacular el complejo, dominándolo desde lo alto de la colina, una gigantesca estatua de Kuan Yin, la diosa de la misericordia se alza sobre la ciudad. A sus espectaculares 40 metros de altura hay que sumarle el gigantesco palio circular que han construido para resguardarla, un palio que se apoya sobre tremendas columnas de bronce. La verdad es que es una vision prodigiosa.

Parece que me he recuperado del malestar de mi estómago. Me voy a cenar al enorme mercado nocturno de alimentación, uno de los varios que hay que por la ciudad. Está lleno hasta los topes de gente, pues hay un escenario y 3 chicas muy guapitas y sexys bailan y cantan versiones de los 70 y los 80. Hay mucha animación y ceno tranquilamente mientras veo el espectáculo. Luego de vuelta, la calle está llena de travestis que no dejan de tirarme los tejos, pero ¿qué les habre hecho yo a esta gente?



Desde Penang cogemos un ferry para irnos a Pulau Langkawi, la famosa isla del norte. Esta isla es parte del archipiélago donde se encuentra el parque nacional tailandés de Ko Tarutao, los que habéis leido mis crónicas de Tailandia sabéis de qué hablo. Es un gran archipiélago que está repartido entre Tailandia y Malasia, la parte tailandesa me encantó cuando estuve hace 3 años y ahora voy a ver la parte malaya, la enorme isla de Langkawi.

Niña hinduista
  Resultó que estaba mucho más desarrollada de lo que me esperaba, pero claro, esto ya no son las pequeñas islas como Ko Lipeh, esta tiene un tamaño suficiente para albergar varias poblaciones, puerto comercial, deportivo, aeropuerto y una nutrida red de carreteras. La verdad es que me llevé una gran decepción pues esperaba encontrarme un lugar más virgen y resulta que a la zona que nos fuimos, aunque tenía una playa bastante bonita, me recordaba aquello a Benidorm. La playa llena de motos de agua, jet ski (la salchicha esa hinchable en la que te subes y te llevan a dar una vuelta), parasailing y una legión de gente.


Señor musulmán
  No me gustó nada el ambiente tan playero y tan feo que tenía aquello. Y para más inri resulta que aquí no hay arrecife coralino ¿cómo puede ser si en Ko Tarutao y Ko Lipeh que apenas están a una hora y media de navegación de aquí los hay tan estupendos? La verdad es que las vistas si que eran bonitas, montañas selváticas, arena blanca, cocoteros... pero el ambiente...Luego la calle está llena de tiendas y restaurantes bastante más caros que en tierra firme y el pescado fresco prácticamente tiene los mismos precios o incluso más caro que en España.

Campos de arroz
  Para ser justos he de decir que luego en los recorridos por la isla que realicé posteriormente me encontré con bonitos campos de arroz de un verde radiante, salpicados de colinas selváticas y donde pastan los búfalos de agua, las gallinas picotean junto a la carretera y los paisanos se tumban a la sombra bajo los porches de sus casas con tejados a cuatro aguas. Es la típica escena que podemos encontrar en el sudeste asiático, apenas diferente a Bali o a Vietnam. Por lo demás Langkawi es un puerto franco con una enorme cantidad de turismo interior, precios baritísimos para la cerveza y el tabaco y claro, los paisanos que vuelan con la compañia de bajo coste Air Asia pues se vienen a pasar unos días de playa y a pillarse unas grandes cogorzas.
 
Y ¿qué hay peor que una banda de hindúes borrachos como cubas cantando o mejor dicho berreando como buenamente pueden por los efectos del alcohol los últimos éxitos de Bollywood? Buf, es algo infumable. No me esperaba este turismo de playa y alcohol y menos en un paraíso como este. Siendo el mismo archipiélago que Ko Taratuo se la ha dado una salida muy distinta en los dos paises. Tailandia ha optado más por la conservación y explotación del parque nacional aunque Ko Lipeh, a pesar de su belleza, también se está masificando por el turismo. Puede estar a punto de morir de éxito.
Mientras, Malasia ha optado por conservar algunos islotes prácticamente vírgenes pero explota masivamente el resto de las islas, pan de hoy y hambre de mañana pues está destruyendo muy rápidamente los recursos y valores naturales que hacen interesantes estas islas.
Como la isla es muy grande para explorarla a fondo sin vehículo propio y en apenas los 2 días que estaremos aquí, opto por contratar excursiones diarias en alguna de las numerosas agencias de viaje locales que hay por aquí. Paqui, mi compi de viaje tiene algún problema de salud que le ha rebrotado aquí y que la tiene dolorida y sin ganas de hacer nada por lo que la opción de estas excursiones es una buena solución para una persona viajando sola sin que ello suponga un gasto excesivo. Me da mucha pena verla así y no poder ayudarla, simplemente queda confiar y esperar que se mejore y le vendrá bien tomarse estos dos días de descanso para coger las fuerzas necesarias antes de afrontar la recta final del viaje, pues en poco más de una semana nos tocará volver.

 La excursión de ayer me hizo ver la auténtica belleza de estas islas. Una barca rápida nos llevó en un recorrido por varias de las islas menores que salpican el extremo suroeste de Langkawi. Salir de Pantai Cenang, o el Benidorm malayo, no tuvo precio. De repente me sentí transportado a los rincones de mi imaginación donde se guardan las imágenes que tenemos sobre lo que es el paraíso. Aguas de un verde turquesa oscuro bañan islas e islotes de paredes verticales cubiertas por espesas selvas de un verde inmaculado. A los pies de estas selvas surgen playas de arena insultántemente blancas. Cavidades y estalactitas externas hablan de una intensa actividad kárstica. El paseo se vuelve asombroso mientras la barca va girando a toda velocidad entre los recovecos del grupo de islas y el viento azota mi cara. Qué sensación más estupenda.

Saltarines del fango
  La primera parada en la isla Palau Dayang Bunting, famosa por albergar una laguna de agua dulce que según la leyenda es buena para la gente que quiere tener hijos y no puede, ya que en tiempos una pareja que llevaba 19 años intentando tener hijos sin obtener resultado, al fin lo consiguió después de beber agua de esta laguna. Atravesamos un buen tramo de selva para llegar hasta ella, a los lados del camino, entre manglares hay zonas de lodos llenas de hordas de cangrejos violinistas con su desproporcionada pinza de un intenso color azul. Otros cangrejos son completamente rojos, como si ya estuvieran cocidos. El suelo del lodazal está completamente lleno de agujeros de los cangrejos. Luego veo uno de esos extraños seres que siempre había visto en documentales pero nunca al natural.
  Son los extraños peces llamados saltarines del fango, unos peces que aunque necesitan agua para no secarse, viven y respiran fuera del agua, como los anfibios. Tienen unos enormes ojos saltones y son de color marrón. Son el vestigio vivo del paso de la evolución, cuando los peces empezaron a abandonar los mares para colonizar tierra firme. Toda una curiosidad viviente.
Si intentas acercarte demasiado dan unos rápidos saltitos y se entierran en el lodo, de ahí su nombre.

peces gato acuden a frotarse contra nuestros pies
 De camino a la laguna, por la selva, vemos un montón de monos flanqueando el camino a ver si algún turista les da algo de comer. La laguna es fantástica, de un verde oscuro intenso y aguas relativamente frescas. Me doy un baño pero no bebo, espero no quedarme embarazado jajaja. Hay un embarcadero, pues alquilan barcas y patinetes para recorrerla y al sentarme y meter los pies en el agua vienen un montón de peces gato a besuquearme los pies, igual que el masaje de los peces de Kuala Lumpur, solo que estos son peces gato bastante grandes y no mordisquean, solo frotan su suavísimo cuerpo sin escamas y sus bigotes contra mis pies. Me encanta la sensación y la interacción entre hombre y pez. También hay grandes mariposas de ala de pájaro de vivos colores. Se está de maravilla en esta isla.

 Luego vamos a una bahía de otra isla que está completamente cubierta de manglares. Allí, nuestro piloto detiene la barca en mitad de la bahía y tira al agua un montón de despojos de pollo que ha traído consigo. Casi al instante empiezan a aparecer grandes águilas pescadoras que primero planean y luego se tiran en picado a capturar los restos que flotan en el agua. Al principio son 7 u 8 águilas, pero en unos pocos minutos empiezan a acudir desde los manglares y pronto tenemos unas 50 o 60 águilas sobrevolándonos. Y aunque en realidad es un espectáculo preparado que no debería hacerse, lo cierto es que es un lujazo poder ver todas estas águilas a tan escasa distancia, ver todas sus evoluciones en el aire, sus planeos, cómo pliegan sus alas hacia atrás para lanzarse en picado y cómo proyectan sus garras hacia adelante cuando están a punto de llegar al agua, para atrapar su presa y volver a elevarse. Muy bonito espectáculo en un sitio realmente fantástico.

     Había águilas casi completamente blancas y otras rojizas y de cuello blanco. Son estas últimas el símbolo de Langkawi y en Kuah, el puerto y principal ciudad de la isla hay una enorme escultura de una de estas bellas águilas de cuello blanco. Para finalizar la excursión nos llevan a la isla de Pulau Beras Basah, donde nos dejan en una bonita playa de arena blanca y yo me dedico a hacer snorkel. Hay muchos restos de coral entre la arena, señal de que aguas adentro hay arrecife. Y sí,  lo hay, no es muy espectacular y la visibilidad no es buena pero algo es algo. Al principio sólo veo corales blandos, pero luego surgen grupos de cerebriformes y más tarde los bonitos de asta de ciervo.

Monumento al águila de Langkawi
Principalmente hay peces payaso, peces cirujano y consigo ver un pez loro con su bonito color azul turquesa y rosa. Hay muchos erizos negros de largas púas y grandes pepinos de mar, que por cierto probé la noche anterior en la cena y no me disgustaron nada. Con sus cuerpos cavernosos y su textura algo crujiente. Hay zonas con agua realmente caliente, casi quema y puede que sea esta temperatura tan anormalmente alta la que esté matando a los corales. Estos viven en aguas muy cálidas, siempre me ha impactado que al meterte en estos mares parece que te metas en una bañera de caldo caliente o de pis, pero nunca había sentido agua tan caliente como la de esta tarde.

Hoy me he ido a hacer snorkel a otra isla lejana, a Pulau Payar, famosa por sus arrecifes coralinos. Nos juntamos un grupo numeroso y nos meten a todos en un ferry para nosotros solos. Casi todo el mundo es malayo y está de vacaciones. Sólo estamos 5 o 6 occidentales. Hago migas con un señor iraquí que también está de vacaciones. Y la experiencia de Pulau Payar ha estado muy bien. Las formaciones coralinas son bastante buenas, principalmente son del tipo bulboso con protuberancias. Bonitas formaciones que llegan a hacerse bastante redondeadas y muy grandes. En otras zonas forman pináculos hermosos que recuerdan a extrañas catedrales submarinas, pobladas de extraños moradores de colores. También hay zonas con formaciones de cuerno de ciervo, que siempre resultan tan llamativas. No son los mejores arrecifes que he visto, sigo pensando que los más espectaculares los ví en Indonesia, pero me han gustado mucho.
Arrecife coralino
 Los espectaculares y llamativos peces loro, rojos, morados, turquesa, rosas... van comiendo los corales y puedo oir como lo parten con sus fuertes picos. Luego cagan arena pura que incrementará la playa o servirá para que los pólipos sigan construyendo arrecife. Los peces payaso defienden valientemente sus apreciadas anémonas a pesar de su pequeño tamaño respecto a otros peces. Y luego están los elegantes peces mariposa amarillos y negros, con su alargada y fina aleta blanca. Miriadas de pececillos recorren los recovecos del coral inundando los espacios vacíos con sus eléctricos colores e intrincados diseños, seguidos por grupos de barracudas.


Tiburón de puntas negras
    Tres grandes meros de bocas espectaculares descansan en el fondo.
Siempre se ve algo nuevo y esta vez no iba a ser menos. Estaba mirando unas formaciones con forma de volcán que no había visto nunca cuando a mi izquierda, un poco por debajo de mí ha aparecido un tiburón de unos dos metros de largo. Me ha ignorado completamente y ha seguido su camino rápidamente con su elegante movimiento hidrodinámico. Luego, junto a la orilla había pequeños tiburones de puntas negras o jacketones que se afanaban en intentar atrapar a los peces que acuden a la comida que les dan algunos bañistas imprudentes. Se están jugando los dedos, pues los peces acuden a la mano con comida, pero cuando se lanza el tiburón estos se apartan y el tiburón se encuentra con la mano. Nos dicen que más de uno ha perdido así algún dedo.

No ha sido mal día. El día de las elecciones del 20N, el día de la gran farsa yo lo pasé buceando en un arrecife de coral. Eso sí que ha sido un buen cambio y no lo del ppsoe.

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