domingo, 26 de junio de 2011

Crónicas de Tailandia 10: La costa Jurásica‏


                         jueves, 27 de noviembre de 2008

Hola ¿que tal estáis? Algunos me habéis enviado noticias sobre el cierre del aeropuerto de Bangkok, por manifestantes de la oposición, el PAD. Gracias por vuestra preocupación y por avisarme. La verdad es que estando aquí no te enteras de nada. Vives desconectado de la tele y de los periódicos, y a veces no sabes ni en qué día vives. Hoy hemos mirado el periódico de aquí y parece ser que la cosa se arreglará en los próximos días. Se han cancelado muchos vuelos, pero seguro que todo esto pasará pronto. Un par de meses antes de venirnos, también ocuparon el aeropuerto de Phuket y estuvo cerrado durante 3 días. Hubo miles de turistas atrapados, pero finalmente todo se arregló. Esperemos que esta vez también se arregle en pocos días, o por lo menos para el día 11 que es cuando tenemos la vuelta. Vamos, que de momento lo tenemos en cuenta, pero que no nos queremos preocupar. El aeropuerto de Bangkok es uno de los más grandes del mundo, tiene cientos de vuelos a diario, a todos los puntos del planeta y es el regulador del tráfico aéreo en todo el sudeste asiático, no permitirán que esta situación se alargue mucho tiempo, están perdiendo muchísimo dinero y habrá protestas de muchísimos países. La presión es grande.
     El único problema por el que todavía no han resuelto esta situación es porque a los militares se les ve el plumero, están claramente a favor del PAD, la oposición conservadora. Ahora mismo gobierna el PPP, que está introduciendo reformas no muy del agrado de los conservadores y del rey. Entre otras cosas promulgan el reparto de la riqueza, que es mucha, el rey de aquí es una de las personas más ricas del mundo, y la verdad es que hay mucha pasta por aquí. El parque móvil es para verlo, de lo mejorcito que hay, mucho mejor que el que tenemos en España, aquí dominan los Toyota y los Honda, en su mayoría todoterrenos y camionetas pick-up de alta gama, pero lo que más llama la atención es que son supernuevos, a diferencia del parque móvil en Europa.
     En fin, que el ejercito no está por las reformas del PPP y el rey tampoco, con lo que hacen la vista gorda sobre esta situación. El Tribunal Constitucional de aquí ya ha dicho que la ocupación es ilegal y ha ordenado a los manifestantes que se disuelvan, pero no lo harán por las buenas.
     Lo que más molesta es que nos tomen como rehenes a miles de turistas, para forzar una situación. Es un secuestro, y es anticonstitucional. Que resuelvan ellos sus diferencias políticas sin involucrarnos a nosotros.  Pero vamos, como de momento no sabemos qué pasará y no podemos hacer nada, mejor dedicarnos a lo que estamos, a viajar y a disfrutar del país y cuando se vaya acercando el momento ya tomaremos alguna decisión si esto no ha cambiado. Hemos hablado de cruzar a Malasia o a Laos e intentar pillar un vuelo desde allí. Esperemos no tener que llegar a esto, no quisiera volver más tarde de la fecha prevista, el año pasado ya hubo problemas con los vuelos de salida de Ecuador y tuve que faltar dos días al trabajo. No quisiera que se repitiera.
Barca restaurante


    En fin, dejemos este asunto. Estos últimos días hemos estado recorriendo las playas de esta zona. El monzón sigue haciendo de las suyas, normalmente ya tendría que haber terminado para esta fecha pero como en todas partes, el clima está cambiando y está un poco revuelto.



El ermitaño de la cueva

 Hace dos días, Javi y yo alquilamos una moto y nos fuimos a recorrer la zona, a perdernos por ahí, a ver las paredes desde todo lo cerca que fuera posible, aunque no te puedes acercar a muchas pues están rodeadas por junglas impenetrables. Llegamos a una pared donde había una cueva a sus pies y vivía un ermitaño. Era algo extraño, no sé si cumplía penitencia o alguna promesa, pero mucha gente paraba en la carretera e iba a visitarlo. Javi aprovechó para escalar un poco en los techos extraplomados de estas cuevas. Las vías de escalada en esta zona son de mucho nivel, Krabi es una meta para escaladores de grado de todo el mundo.
    Luego, vagabundeando con la moto llegamos a una curiosa playa. Curiosa porque toda la roca que la bordea esta plagada de millones de fósiles de pequeñas caracolas. Es impresionante. También hay rocas volcánicas rojizas y la línea de gravilla que  dejan las olas sobre la arena, en realidad son pequeñas caracolas fósiles. Las hay a millones.
   Hoy hemos visto que la mayoría de la población de esta zona es musulmana, las mujeres van tapadas, algunas solo muestran los ojos, y recuerdan a países islámicos más extremistas. Los hombres con sus gorritos redondos, turbantes o el típico gorro estilo indonesio, es decir, con la forma de un gorro de legionario, para que me entendáis, aunque de colores más bonitos que el caqui ja,ja,ja...


Una pequeña porción de estas enormes paredes
   Ayer nos fuimos a ver las famosas playas de Railay y de Hah Tom Sai, que sólo son accesibles con barco. La verdad es que son tremendas, encajonadas entre altísimos acantilados de caliza, moldeadas caprichosamente y formando gigantescas estalactitas exteriores a las paredes, unas negras, otras marrones, grises, blancas, sencillas, múltiples... Esto es una creación fantástica de la naturaleza. Si Gaudí hubiera visto esto.... la verdad es que recuerda mucho a su estilo, es psicodelia pura. Los escaladores afrontan difíciles vías aquí, vías de techos extraplomados y de gran longitud. A otros los ves escalando algunas estalactitas más cercanas al suelo y es donde realmente te das cuenta de las dimensiones de estos paredones de fantasía. Esto es un paraíso para los escaladores. Playitas estupendas rodeadas de arrecifes coralinos, y esas vertiginosas y complicadas paredes retándoles... Algunos se quedan meses aquí, no me extraña.


Casualmente la barca se llama Aragón
  Hoy nos hemos vuelto a juntar con Alberto y los 3 nos hemos alquilado un kayak y nos hemos ido a recorrer esta caprichosa costa. Es la mejor manera de hacerlo, con kayak, aunque todo sea dicho, después de 4 horas que hemos estado remando, estábamos molidos. Al final ha sido un poco duro, ver todo el camino que nos quedaba por remar para llegar al punto de partida y poder devolver el kayak, pero estamos hechos unos machotes y lo conseguimos. Además ha sido llegar y a los 10 minutos el cielo se ha roto y ha caído un tremendo aguacero que impedía ver más allá de 40 o 50 metros.
     Lo que más me ha gustado ha sido el final de la playa este de Railay. La cerraba un enorme paredón con tremendas estalactitas retorcidas y deformadas por el viento. A sus pies había una cueva al nivel de la playa donde habían creado un curioso altar. Estaba lleno de cientos de grandes penes de madera a modo de ofrenda, supongo que para conservar la virilidad o curar la impotencia. No sé, pero era super curioso. Había tallas de penes de un metro y medio de altas pintadas de colores, y montones de otros más pequeños. Un sitio raro, raro, raro.  Lo que en otras religiones sería inmoral, un templo de estas características, aquí es lo más normal del mundo.

Numerosas ofrendas
El templo cueva de los penes


    A la derecha de la cueva, una vez fuera, la pared estaba escavada en su base formando una tremenda visera de la que colgaban pequeñas estalactitas y lianas. Bajo la visera se había metido el mar, creando una hermosa laguna de aguas de color turquesa. Era flipante meterte allí, ponerte bocarriba y dejarte llevar, mientras veías las moles de roca sobre tu cabeza desafiando a la fuerza de gravedad.  Los tres hemos tenido la misma sensación: nos hemos sentido transportados a paisajes de otras épocas, de otros mundos. Nos hemos sentido transportados al jurasico.

   Mañana dejaremos Krabi y nos vamos a una isla: Ko Lanta. Supongo que estaremos por allí unos días. Saludos

martes, 21 de junio de 2011

Crónicas de Tailandia 9: Nunca sabes lo que traerá el nuevo día‏


         martes, 25 de noviembre de 2008

  
     El tiempo no parece mejorar. Se pasa el día nublado, aunque la temperatura es muy buena. La humedad relativa del aire debe rondar el 90%, lo que te mantiene constantemente sudando al mínimo esfuerzo que hagas. A diferencia del norte del país, cuando lavabas algo o tendías la toalla en un par de horas estaba seca. Pero aquí es distinto, no se secan las cosas en todo el día.
 Claro, así está todo de verde. Esto es un inmenso jardín donde las plantas compiten en ver cuál se hace más grande. Los árboles son inmensos, con enormes troncos y muchos con raíces aéreas para equilibrar mejor todo su peso. En el jardín del hotelito donde estamos, entre los bungalows hay varios árboles que levantan el suelo de hormigón con sus fuertes raíces. Sus troncos están ocultos por las hojas de casi medio metro de longitud de una especie de potos trepadores. La vegetación aquí es a lo grande.
     Unos ratos cae una fina lluvia, luego se para, a continuación viene una especie de chirimiri para luego caer un chaparrón. Parece ser que se puede pasar así unos cuantos días, luego luce el sol unos pocos días para volver a empezar con el ciclo de lluvias. Así es el monzón del nordeste. Habrá que armarse de paciencia.

    
 Como ya os dije, la gente aquí es bastante distinta. Ayer parecía que hubiera vuelto a Indonesia. A diferencia del norte donde predomina claramente la religión budista, aquí en el sur son prácticamente todos musulmanes. Las mujeres y niñas cubren su pelo y hombros con la toga típica de Indonesia. Ayer era lunes y empezaba de nuevo el colegio, y las calles fueron invadidas por niños uniformados en busca de las pick-up que recorren la ciudad para trasladarlos a sus respectivos colegios. El uniforme suele estar compuesto por una camisa blanca y falda o pantalón color azul marino. Las chicas musulmanas además llevan el tocado que os he comentado antes cubriendo su cabeza. Hay bastantes mezquitas desperdigadas por la ciudad, con cúpulas al estilo ortodoxo ruso.

    Volvemos a Ao Nang a pasar el día. Railay lo dejaremos para otro día en que el tiempo mejore. La verdad es que el día prometía ser un poco insulso, pero no fue así.
    Llegamos a la playa que tanto nos había gustado el día anterior. Pero esta vez caminamos hasta el extremo opuesto, pues allí hay unos altos paredones que caen a pico al mar y creemos que puede ser un buen sitio para andar. Por el camino, en vez de los cangrejillos del día anterior, vemos colonias de cangrejos violinistas, con una pinza exageradamente desarrollada para su tamaño, una pinza que agitan constantemente y con la que parece que se estén saludando los unos a los otros. Supongo que tendrá una función de comunicación y de atributo sexual.
     Al final de la playa, un farallón rocoso cubierto de jungla se interpone entre nosotros y las paredes a las que queremos llegar. Un pequeño río pasa por allí y desemboca en el mar. Vemos que hay gente por allí haciendo fotos. Algo debe haber. Cual es nuestra sorpresa al ver que un gran grupo de monos deambula por allí. Son unas especie de pequeños macacos. Debe haber un total de unos 80 o 90. Han bajado de la selva y vienen a la playa a jugar, a beber al río y por supuesto, han aprendido que los humanos les dan comida. Es sorprendente la extraña relación que se ha formado entre hombres y monos. La gente está encantada con este espectáculo. Nosotros también, claro.

     Hay grandes machos, ejemplares jóvenes y hembras con pequeñas crías en sus regazos. No son nada tímidos. Si te acercas mucho se van. Pero si son ellos los que toman la iniciativa se te acercan todo lo que quieren. Tanto que hasta se te llegan a subir por encima. A Javi se le subió uno y estuvo jugueteando con él. Abrazándole y mordisqueándole y curioseando entre su ropa y su mochila, a ver si encontraba algo de comida.
     Luego apareció un pequeño perro por allí y empezaron a perseguirlo. Era una especie de juego, se les veía contentos pero a veces el perro escapaba como podía pues le debía impresionar eso de tener a 12 o 15 monos persiguiéndole constantemente. Fue un espectáculo de lo más curioso. Y muy bonito de ver. Todo el mundo que estábamos allí no podíamos disimular nuestras sonrisas de sorpresa y felicidad. Monos, playa, jungla, río, todo allí juntito, que extraña mezcla.

    Seguimos adelante y atravesamos la jungla de bambúes y altos árboles. Hay un sendero de travesaños de madera para cruzar. Y llegas a la siguiente playa. Pero nuestra sorpresa llega cuando para entrar en la playa vemos que hay una garita con guardias. Te apuntan el nombre y a la hora que entras. Resulta que en esa magnifica playa hay un resort de bungalows de lujo. Y te dejan entrar a la playa pero no al complejo. Hay muchos guardias en las entradas del complejo, que por cierto es precioso. Los bungalows se ven de lujo y construidos con muy buen gusto. Pero lo realmente sorprendente es donde están. La playita está encerrada entre gigantes paredones calizos de una gran belleza. Sus formas de láminas de roca se superponen y la vegetación se abre paso como puede entre las altas paredes. El sitio es magnífico. Dormir aquí debe costar todo un pastón.
     Frente a nosotros, lo que desde la distancia parecía ser una pared continua, resulta ser además de las paredes una serie de rocas y grandes islotes en el mar. Hay uno realmente espectacular. Totalmente vertical y con forma de puro. Muy alto, no sé cómo se puede mantener de pie. Es allí donde vamos a probar suerte con el buceo. Está a unos 300 metros de la playa, tendremos que nadar un poco pero vale la pena ir hasta allí. Además el mar se ve muy tranquilo, casi una balsa de aceite y no será un problema llegar.
    Al entrar en el agua y acercarnos más a las paredes vemos las auténticas formas que tienen. Es un sitio muy especial. Grandes formaciones rocosas erosionadas caprichosamente por el agua han creado formas que recuerdan a grandes seres antediluvianos. Cabezas, cuernos, extraños cuerpos aparecen ante la imaginación. Las paredes no son lisas, la caliza ha sido trabajada por los fenómenos karsticos. Ha vaciado la pared creando grandes oquedades, pero la caliza disuelta no ha desaparecido, se ha depositado formando gigantescas estalactitas al aire libre. El hueco que quedó en la pared ha sido rellenado por estas enormes formaciones de retorcidas y amorfas estalactitas y columnas. Es una pasada. Un paisaje muy, muy extraño. Parece sacado de una película tipo el Planeta de los Simios o algo así. Te ves transportado a otro mundo, a un mundo primitivo de extraños seres y de gran actividad geológica. Me encanta este lugar.
    Cuando llegamos a la base de la isla torre nos percatamos de la auténtica dimensión de este monolito rocoso. Es tremendo y en su base el mar se ha comido una parte, creando grandes viseras y oquedades. Hemos acertado, a sus pies, bajo el agua, hay un pequeño arrecife coralino. No es muy espectacular porque además de no ser muy grande, como el día está cubierto el color queda apaciguado. Además yo creo por el aspecto que tiene, que debió ser dañado por el tsunami del 2004 y el coral que hay es bastante joven. Algunos ejemplares resistieron, hay algunos del tipo cerebriforme bastante grandes, de unos 2 metros de diámetro. Otros en forma de copa también parece que resistieron, otros son planos y se aferran a las rocas, con sus millones de alvéolos de colores filtrando el agua. También vemos los de forma de cuerno de ciervo, con sus puntas azules y amoratadas. No hay grandes peces, pero si que vemos muchos peces payaso (para los que no sepáis cuál es, es el tipo Nemo) viviendo en las anémonas moradas. Qué color debe tener esto a pleno sol. Los peces payaso son muy territoriales y si te acercas un poco salen disparados de la anémona hacia ti. Uno incluso llegó a impactarme contra las gafas de buceo.

    También estuve persiguiendo a una gran sepia que cambiaba de colores para intentar confundirme, llegó a pararse y amenazarme con sus tentáculos y cambios de colores. Pero al final la agobié y me lanzó un gran chorro de tinta que formó una nube negra de unos 2 metros de diámetro. Y consiguió su objetivo, la perdí de vista.

    En fin, que ha sido una bonita escapada. Eso si, acabamos reventados de tanto nadar. Pero valió la pena, lo que iba a ser un día insulso resulto ser un día muy especial.  Nunca sabes lo que traerá el nuevo día.

martes, 14 de junio de 2011

Crónicas de Tailandia 8: El paraíso bajo la lluvia‏

                  lunes, 24 de noviembre de 2008

Cuando el revisor nos despertó eran aproximadamente las 6 de la mañana. Estábamos llegando a Thung Song, nuestro destino, donde tendríamos que tomar un autobús hasta Krabi, que es donde realmente íbamos. A pesar de lo básico de los coches cama en Tailandia, el viaje fue bastante cómodo y pudimos dormir casi bien.

      Lo malo es que cuando llegamos estaba lloviendo a cántaros. El monzón del nordeste había atravesado la costa  y azotaba también en el interior de la península de Malaca. Era curioso ver como la gente conducía sus motos con una mano mientras con la otra sujetaban el paraguas. Cogimos unas moto-taxi para que nos llevaran a la estación de autobuses, los conductores nos tapaban con sus grandes chubasqueros transparentes, envolviéndonos en una especie de burbuja plástica, que me hacían partirme de la risa al ver a Javi y Alberto con tal atuendo. Por supuesto ellos reían igualmente de verme a mi así, vestido de esta guisa.

    Mientras desayunábamos pudimos comprobar los diferentes rasgos raciales de esta gente respecto a sus compatriotas del norte. Son mucho más morenos y sus rasgos son del tipo malayo. Se nota la cercanía a este país y el intercambio racial entre los pueblos del mar de Andamán. La isla indonesia de Sumatra está bastante cerca de aquí y también se ven influencias de este país.
   Durante el trayecto en autobús a Krabi, atravesamos grandes zonas de jungla y salvajes montañas verticales, cubiertas de vegetación hasta la cima a excepción de grandes paredones calizos donde nada podía crecer. El paisaje se iba volviendo muy agreste e impresionante. Alguna casita crecía junto a la carretera, y los rebaños de cebúes pastaban entre las lindes de los bosques.

    Llegamos a Krabi. La ciudad en si es poco especial. No es muy distinta del resto de ciudades que hemos visto (a excepción de Bangkok, claro). Son muy poco llamativas y bastante monótonas. Las casas de 2 o 4 plantas se alinean junto a las carreteras, los bajos son tiendas y talleres, y los carritos de comida ambulante terminan de componer la escena. Luego, de la carretera principal surge un grupo de calles más o menos complejo y un poco más allá grupos de casas se desperdigan por los campos adyacentes. Es un modelo de ciudad que se repite por todo el país, prácticamente son todas similares y llaman poco la atención. Aunque Krabi es un poco diferente, pues si alzas la vista verás que está rodeada por paredones verticales que le dan un aspecto muy pintoresco. La entrada a su bahía está flanqueada por dos pináculos de roca revestida de jungla, totalmente inclinados que le dan un toque muy distintivo. Las barcazas y barcos rápidos esperan en el muelle para llevar a los viajeros a las islas y playas que se desperdigan por toda la bahía. Algunas de estas playas encerradas entre grandes paredones solamente son accesibles por mar, no hay carreteras ni caminos hasta ellas.



 Después de buscar alojamiento y comer nos vamos a la playa de una pequeña pero famosa localidad que esta muy cerquita de aquí: Ao Nang. Al llegar nos damos cuenta de que por fin hemos llegado al paraíso. Este es el motivo por el que millones de turistas vienen todos los años a este país. Sus playas son increíbles, de postal.
     La lluvia cesó a mitad de mañana y no luce el sol (afortunadamente, pues si no íbamos a terminar abrasados el primer día ). Esto hace que los colores no sean todo lo intensos que puedes ver en las fotos y postales sobre esta zona. Pero aun así la belleza es espectacular. Mires a donde mires, los islotes verdes asoman por todas partes y los más lejanos se ven de un tono gris azulado contra el fondo, dominado por el perfil de la más famosa isla tailandesa: Ko Phi Phi, la isla del paraíso, meca para multitud de submarinistas y playas de lo mejorcito del mundo. Habrá que hacerle una visita, pero esperaremos a ver si el tiempo mejora un poco para verla en todo su esplendor.

     Cuando te das la vuelta y miras hacia el interior, una franja de un verde intenso arbolado se extiende hasta los altos paredones de caliza marrón y negra que encierran esta localidad. Es tremendo, de repente eres consciente de que venir hasta aquí ha valido la pena. De que venir a esta zona de Tailandia en lugar de ir hacia el norte ha sido una gran decisión ¿quién no querría vivir en un lugar de esta belleza? Esperemos que el tiempo mejore y nos dé un poco de tregua, nos quedan 15 días aquí y esperamos que entre lluvia y lluvia, el sol luzca para poder ir a bucear a los arrecifes coralinos.

      Paseamos por las arenas blancas y la marea está baja, aunque justo en ese momento vemos que empieza a subir. El suelo está lleno de pequeñas bolitas de arena que forman curiosos dibujos. Hay multitud de pequeños agujeros entre los dibujos de arena. Los han creado los cangrejos. Los hay a miles. Son unos pequeños cangrejos de patitas rojas y pinzas blancas los que han formado estos dibujos al excavar la arena. Durante la marea alta se entierran para ponerse a salvo de los peces depredadores y cuando la marea baja, excavan los túneles para salir a la superficie y van sacando la arena en pequeñas bolitas que van poniendo alrededor del túnel formando estos dibujos al azar.


   La temperatura del agua es increíblemente alta. Es una sopa, un baño caliente. Muy, muy caliente. Al entrar en el agua tienes la sensación de que estás entrando en una bañera de agua caliente. La arena es finísima.
      Luego, al caer la tarde, los tonos rojizos y rosáceos se apoderan del paisaje, dándole un toque aun más exótico al lugar. Los tailandeses se bañan completamente vestidos, los pescadores de playa extienden las redes para atrapar los pequeños peces de la orilla, los barcos empiezan a volver a puerto, recortando sus negras siluetas contra el fondo rosáceo. Es maravilloso estar aquí. Se respira paz y armonía.


     Por la noche mientras cenamos en el mercado nocturno, al aire libre, encontramos un grupo de cinco españolas que se han ido juntando durante su gran viaje. Van a estar un año viajando. Empezaron el la India, ahora están aquí y luego llegarán hasta Indonesia. Eso es viajar y lo demás tontadas.
      Bueno, el caso es que ellas venían de Ko Tao, la isla donde queríamos ir antes de venir aquí, y nos contaron lo mal que estaba el tiempo allí en el Golfo y que casi no habían podido abandonar la isla, pues con el fuerte oleaje apenas circulaban los ferries. Lo que me temía, que si íbamos allí, además de no poder hacer nada corríamos el riesgo de quedarnos atrapados ante lo difícil de la navegación.

    Bueno, hoy es el segundo día aquí y el tiempo ha empeorado. Lleva toda la mañana lloviendo, o sea que por el momento no habrá playita. Pensábamos haber cogido una barca rápida y haber ido a Railay, la perla de este lugar, unas paradisíacas playas a las que sólo se puede llegar por mar al estar flanqueadas por escarpados paredones. Intentaremos llegar mañana, hoy a ver qué depara el día.