No podía creer lo que estaba viendo. El enorme rinoceronte que unos minutos antes era apenas un punto oscuro sobre la hierba, se había ido acercando tanto que ahora estaba a apenas 4 metros de mí. Lo estaba contemplando a placer, desde la relativa seguridad del talud del río por el que presuntamente el animal no podría subir.
Y digo presuntamente porque apenas unos minutos después de haber abandonado el lugar, al volverme pude ver que estaba justo en el punto desde el cual lo había estado mirando. Menos mal que el guía fue bastante prudente porque insistió en que nos marcharamos de allí cuando el animal estuvo tan cerca.
No me extraña que nos insistiera en irnos, hacía apenas dos días un rinoceronte había embestido y matado a uno de sus compañeros, un guía forestal del Parque Nacional de Chitwan, donde me encuentro ahora. Y el ejemplar de rinoceronte que teníamos delante era un enorme macho de unas 3 toneladas.
Es el animal que más accidentes produce ya que no es raro encontrarse con él más cerca de lo esperado y que te embista.. y con 3 toneladas de animal a 40 km. por hora el ataque suele ser mortal.
Este parque nacional fue creado para proteger a sus casi extintos tigres y rinocerontes asiátiacos. En él viven unos 150 tigres que son dificilísimos de ver aunque alguna vez se han producido ataques a turistas y lugareños. También viven aquí unos 550 rinocerontes asiáticos de los apenas 3000 que quedan en todo el mundo. Durante años la caza y los furtivos esquilmaron hasta casi hacer desaparecer a estos animales, muy demandados en el mercado de la medicina tradicional china.
Luego, con la creación del parque empezaron a recuperarse débilmente pero en los últimos años el ejército nepalí estaba más preocupado de combatir la guerrilla maoísta y los cazadores furtivos campaban a sus anchas en el parque.
Además de estos dos animales protagonistas también hay unos cuantos elefantes salvajes, osos perezosos, leopardos, varias especies de ciervos y una larga lista de aves y otros mamíferos menos amenazados.
Habíamos empezado el día con una excursión en canoa por el río, recorriendo sus orillas en busca de animales. La canoa teníamos que compartirla con parte de un grupo de chinos que se alojaban en el mismo hotel que nosotros. Eran realmente ruidosos e incluso en las otras dos canoas que iban en la expedición, allá atrás, podíamos oír que se habían puesto a cantar todos juntos jajajaja.... era increíble...íbamos a ver animales y no dejaban de hacer ruido, eran como niños grandes de excursión.
A pesar de todo,en nuestra embarcación conseguimos ver un par de cocodrilos y unas cuantas especies de aves. Y ese día estaba el cielo muy despejado y podía ver algunas de las altas cimas del Himalaya allá en el horizonte. Ahí estaban el Manaslu, los Annapurna y el Machapuchare. Con sus cimas congeladas resplandeciendo de blanco en la lejanía.
Luego al desembarcar es cuando vimos al impresionante rinoceronte. Yo me adelanté y fuí agachándome y ocultándome tras la hierba hasta ponerme enfrente de él, en la otra orilla. No quería que el ruido y la ropa de colores de los chinos que venían allí detrás me estropeasen el momento...Intenté sacar unas fotos con el zoom antes de que el animal huyese. Pero..para mi sorpresa el animal no huyó, sino que se metió en el río y lo fue cruzando poco a poco, acercándose hasta ponerse justo debajo de nosotros. Era espectacular, sejemante bicho totalmente acorazado... Nos dijo el guía que era bastante extraño su comportamiento y que mejor huir de ahí ante el alto riesgo de una embestida..
Le pido a uno de los dos guías que se adelante con los tres que realmente estábamos interesados en ver animales y dejemos atrás a los ruidosos chinos. Y él, que se ve realmente contento con su trabajo y tanto nos ha contado sobre el parque y sus habitantes, accede. En el paseo a pie que dimos por el bosque conseguimos ver tres ciervos, un cerdo salvaje y varios tipos de lagarto.
Luego nos fuimos a otra zona a ver el baño de los elefantes, y durante unos minutos pude bañarme y subirme al elefante. Su dura piel ahora estaba blandita y arrugada. Fue muy divertido cuando nos echaba agua como si fuera una ducha, supongo que tiene que ser buena el agua con moco de elefante que nos estaba cayendo...bueno....otros se dejan chupar por perros y gatos..
Intentaba disfrutar del momento porque era el último día en que iba a estar acompañado. Había empezado el viaje con Viqui, una chica que había contactado conmigo el año pasado para el viaje a Birmania y con la que al final había quedado para juntarnos en Nepal. Por teléfono había habido bastante buen rollo y la cosa prometía. Pero a la hora de la verdad teníamos muchísimas diferencias y empezamos a tener pequeñas discusiones que fueron creando mal rollo y llegó un momento que había tantos reproches mutuos que decidimos que mejor nos separábamos y seguíamos cada uno nuestro camino. Echaré de menos algo de compañía y el poder hablar en español, pero a cambio ganaré mucha tranquilidad y la libertad de moverme a mi antojo sin tener que rendir cuentas a nadie.
En el alojamiento del parque encontré a Gokhan, un chico turco muy majete que hablaba español y se juntó con nosotros esos dos días en Chitwan. La verdad es que estuvo muy bien juntarnos así los tres.
En esta zona vive la etnia Tharu, que como dicen ellos son muy oscuros, pequeños de tamaño pero grandes de corazón. Estuvimos muy a gusto con los que tuvimos trato. Han usado tradicionalmente a los elefantes para ayudarles en sus trabajos y ahora los siguen utilizando como medio de ganarse la vida con los turistas.
O sea que nos fuimos de paseo safari con elefantes por el parque nacional a ver si podíamos ver algo de fauna. La verdad es que no vimos nada más que dos ciervos, y no me extraña no ver nada, porque en las zonas de sabana, la hierba llega a medir unos 5 ó 6 metros de altura, ocultando a cualquier animal más pequeño de esa altura, incluyendo a tigres y rinocerontes. En algunos momentos hasta el resto de elefantes del grupo desaparecía engullido por la alta hierba. En las zonas de bosque era tal la espesura que tampoco veía a los elefantes que teníamos 8 ó 10 metros por delante y la principal atracción era disfrutar de la sensación de ir montando sobre un animal tan grande, con sus movimientos perezosos, parándose a su antojo cuando encontraba determinado tipo de hierbas, que arrancaba e iba comiendo hasta encontrar más de la misma especie. Parece ser que o bien le gustaba mucho su sabor o bien le producía algún tipo de placer y se había vuelto adicto a ella.
El bosque se ve de otra manera desde el lomo de un elefante aunque hay que tener cuidado porque el animal al abrirse paso te mete contra las copas de los árboles y hay que ir apartando ramas con frecuencia. Me encantaba cuando emitía una especie de infrasonidos que te hacían temblar el cuerpo. Supongo que era para comunicarse con los otros elefantes en su voz tan grave, tan grave, que más que oírla la sientes vibrar dentro de tí.
Pero tuve un problema con la cámara de fotos. En el paseo a pie de la mañana, antes del baño con los elefantes la cámara había dejado de funcionar repentinamente, no hubo manera de volver a ponerla en marcha. Esperaba poder arreglarla en Pokhara y mientras tanto tomar alguna foto con el pequeño teléfono móvil que me he traido a este viaje, la primera vez que traigo un móvil debido a la proliferación de hoteles y bares con wifi.
Y llegó el día de la despedida. Gokhan y Viqui se van a Katmandú, Gokhan para tomar su vuelo de vuelta a su ciudad, Estambul. Viqui para continuar el viaje como habíamos planeado, vuelta a Katmandú para ver el festival del Indra Jantra, que es cuando sacan a la calle a la Kumari, la niña diosa. Yo decido no volver atrás el camino y seguir hacia adelante, hacia Pokhara, a los pies del macizo de los Annapurna.
El camino es espectacular. Entre las altas y verdes montañas se abre paso un gran río de color lechoso que es alimentado por incontables afluentes cristalinos que bajan abruptamente por los profundos barrancos.
De vez en cuando veo a los lugareños acarreando enormes bultos mientras cruzan por largos puentes colgantes. El paisaje es realmente impresionante. Escarpadas laderas cubiertas de impenetrables junglas, en las zonas menos escarpadas los campos de arroz están en todo su esplendor, de un verde brillante adaptándose al relieve mediante preciosas terrazas. Me encanta. Estoy descubriendo el Nepal que me había imaginado. Cuando el autobús se detiene momentáneamente para dejar paso a otro vehículo puedo ver que en el arroyo que discurre junto a la carretera, con apenas un palmo de agua, hay cangrejos de río con extrañas pinzas negras. Qué no habrá ahí al lado, en esas espesas junglas, cuántas especies raras de animales y plantas aún sin descubrir ni catalogar...
Luego, a mitad de camino nos encontramos el tráfico parado. Hay una larga fila de camiones y autobuses parados. La carretera está cortada. Pero no es por un desprendimiento ni corrimientos de tierra, es que hay huelga. Es la segunda huelga que veo en apenas una semana. La situación parece bastante inestable. Parece ser que el motivo es una nueva ley de partidos que quiere promover el partido en el gobierno y que dejaría fuera del gobierno a muchos partidos minoritarios, algo así como lo que pasa en España , que con el método actual de reparto de los votos nos condena prácticamente al bipartidismo. Además parece ser que también influye en la huelga el importante aumento de los precios de los carburantes..
El caso es que aquí la huelga es una cosa seria, no es cosa de risa como en España. Aquí está todo cerrado, comercios, carreteras, aeropuertos..pero cerrado, cerrado. Por las carreteras pasan columnas de motoristas o de camiones llenos de gente portando banderas rojas o banderas comunistas.Y en todos los cruces de camino hay piquetes y controles. Sólo dejan pasar a los autobuses de turistas y afortunadamente yo voy en uno de ellos.
Y no deja de ser un lujo y un placer porque de repente la carretera está vacia. Sólo vamos nosotros y el viaje se hace mucho más corto y mucho menos arriesgado, ya que en estas tortuosas carreteras de montaña la circulación es lenta y difícil. Pasamos incontables controles, uno en cada pueblo y aunque algún miembro de los piquetes parece ser que no quiere ni que pasemos nosotros, sus compañeros les convencen de que nos dejen seguir.
Finalmente consigo llegar a Pokhara, una tranquila ciudad asentada en un hermoso valle a la orilla del lago Phewa y con las cumbres de los Annapurnas y el Machapuchare al fondo. El sitio prometía pero las nubes ocultaban los Himalayas. Hacía sol, incluso demasiado sol, pero las cumbres eran invisibles tras la nubes que se habían quedado atrapadas en sus laderas.
Aparte de la belleza natural del emplazamiento de la ciudad, para el turista esto es un paraíso pues el lugar está repleto de bares, restaurantes de todo tipo, actuaciones musicales mientras tomas una copa, gabinetes de masaje y de belleza, centros de yoga, tiendas de ropa y artículos de montaña y muchísimas actividades que hacer, desde remar por el lago, montar a caballo o tirarte en parapente y volar con los Himalayas de fondo. Una especie de Salou en Nepal.
En Pokhara no puedo arreglar la cámara, apenas hay tres tiendecitas de fotografía y son vendedores, no técnicos, o sea que poco pueden hacer nada que no haya hecho yo. Al día siguiente, el dueño del hotel me lleva con su moto a la otra ciudad, la que no es para los turistas y allí vamos a una tienda de reparación de cámaras. La tengo que dejar allí para que la abran y miren a ver lo que le pasa. Aprovecho para irme a recorrer varias atracciones cercanas, como la cascada de Devi, bastante espectacular la garganta que forma antes de desaparecer bajo tierra. Dicen que se llama así en honor a un suizo llamado David, el cual estaba con su esposa bañándose en una de las pozas antes de la cascada, allá por 1961, y la señora fue arrastrada por el agua y murió. Luego puedes entrar en una cueva donde hay un templo hinduista y si sigues la galería llegas a la brecha en la que desaparece el río para introducirse en la cueva. Había un ambiente muy poderoso allí dentro, con el estruendo de la cascada retumbando en la cueva y la fisura de la garganta por donde entraba un hilo de luz.
Luego me fui a subir hasta la pagoda de la Paz Mundial, un hermoso mirador sobre el valle y el lago de Pokhara, y que por las fotos que he visto hechas desde allí es perfecto para contemplar una tremenda panorámica de esta parte de los Himalayas, pero no hay suerte, están ocultos tras las nubes y tan solo en algún momento se abre un pequeño claro y puedo contemplar alguna fracción de montaña helada, tiene que ser espectacular cuando esté despejado.
La subida ha sido bastante dura, más por el calor que por el desnivel, y una vez arriba me dedico a contemplar los numerosos parapentes que sobrevuelan las montañas de la otra orilla del lago. Hay muchos, entre 20 ó 30 y algunos hacen impresionantes maniobras como picados con interminables tirabuzones, buuufff....que sensación tiene que ser, que dominio de las velas y las corrientes de aire. Me habían dicho que este era uno de los mejores lugares del mundo para volar en parapente y veo que aquí hay gente que vuela muy pero que muy bien. Quizás me anime a probarlo, aunque me da un poco de miedo.
La bajada de la pagoda la hago por la otra cara de la montaña, mucho más fresca y con un espeso bosque de shoreas, en los que vuelan unas mariposas alucinantes, muy grandes y de vivos colores. La bajada es tremenda y con escalones tallados en la roca. Al final llego al lago donde tomo una barca para cruzar a la otra orilla y llegar a la ciudad. El paseo ha sido muy agradable, me siento muy bien y muy relajado la verdad, me dan ganas de tirarme de la barca y pegarme un baño en el lago, pero creo que lo dejaré para otro momento..
Por la tarde el técnico me dice que no ha podido arreglar la cámara. Ha entrado en su interior una especie de aceite, no entiendo cómo, entendería que hubiera entrado sudor pero no aceite. Ha tratado de limpiarlo pero necesita una limpieza más profunda y me dice que me costaría unos 70 $ y que no me da garantías de que funcione. Me recomienda que no lo haga y que si quiero que pruebe en España. Vamos, que estoy sin cámara de fotos.
Busco para comprar alguna pero los modelos que veo no tienen demasiado zoom y son bastante caras, es una difícil elección, gastarme 100 euros en una cámara bastante corriente para poder hacer algunas fotos durante el viaje o no gastarlos y comprar una cámara en condiciones a la vuelta. Me quedo sin hacer fotos buenas durante el viaje, porque el móvil es socorrido para echar alguna foto, pero no tiene zoom ni nada, y la lente es gran angular, con lo cual todo parece mucho más lejos y más pequeño de lo que en realidad estoy viendo. Harto de recorrer la ciudad y no encontrar lo que busco, decido que no compro cámara, que este viaje será sin fotos, solo alguna de móvil. Lo guardaré todo en mi mente. Si mañana las montañas están despejadas me iré a volar en parapente, sí ¿por que no?
Me levanto, miro por la ventana, ahí están las montanas, todas ellas en todo su esplendor...hace un dia estupendo para ir a volar.. Me doy prisa en organizarlo todo y en apenas media hora me vienen a buscar al hotel y me llevan en furgoneta con otros turistas al voladero. Subimos hasta el pueblo de Sarangkot, 500 metros por encima de Pokhara. El camino es impresionante, las cumbres de los Annapurnas parecen estar ahí mismo, con sus glaciares y sus paredes verticales cubiertas por una espesísima capa de hielo. La silueta del Machapuchare es impresionante, una piramide perfecta, inexpugnable, 7000 metros de montaña sagrada.
El Machapuchare es la unica montaña de Nepal que no ha sido escalada, es sagrada para los nepalies y no se permite a nadie ir a ella. No me extraña, la visión de semejante pirámide de hielo con el viento arrancado partículas de nieve en la cumbre no te deja indiferente, es una visión grandiosa. Hago una foto con el móvil, pero...las cumbres salen pequeñísimas, allá a lo lejos, como si estuvieran a 100 kilómetros, una pena, pero es lo que hay.
Hemos subido en la furgoneta 6 turistas y 6 pilotos, con los que volaremos. Son jóvenes pero dicen que muy buenos. Llevan ropas de montañero de diseño, con unos atuendos muy similares a los que llevan los guias de montaña en España, me recuerdan mucho a mi amigo Javi.
Luego mientras otros parapentes van despegando, mi piloto me va preparando, colocando el arnés y dándome las instrucciones de lo que tengo que hacer..estoy tranquilo, siempre habia pensado que en este momento estaría cagado de miedo, pero no, hombre, un poquillo de nervios si que hay, es la primera vez que voy a volar así, pero la verdad es que más tranquilo de lo que esperaba. No puedo decir lo mismo de un alemán que va a volar al mismo tiempo que yo, el tio está super nervioso.
Llega nuestro turno...corremos y antes de que me de cuenta estoy en el aire...el suelo se aleja muy rapidamente, los árboles quedan allí abajo y la sensación es... maravilloooosaaaa..... buuufff.... que bonito, estoy volando como un pájaro, sintiendo el viento en la cara, los tirones de las corrientes de aire y tan solo el sonido del viento acariciando la vela. Si te paras a pensarlo es alucinante, en realidad vamos colgados de un trozo de tela con hilos, mejor no lo pienso... planeamos, giramos y vamos ascendiendo según nos metemos en la térmica, es flipante, es volar como lo hacen los buitres, sin mover una sola pluma. Y además puedo ir viendo cómo vuelan los demás porque estamos como unos 20 parapentes volando la misma corriente. Cuando te acercas a las montañas o a los árboles es cuando realmente te das cuenta de la gran velocidad a la que estás volando, pero en la térmica todo es muy suave, muy apacible. Disfruto mucho de esta experiencia, la verdad. Siempre había querido hacerlo pero no la había hecho y ya pensaba que nunca lo haría, pero allí estaba, volando como un pájaro.
Comenzamos el descenso, las terrazas de arroz son superfotogénicas desde aquí arriba, más cuando encuentras que en algunas hay mujeres con saris de vivos colores trabajando. Luego sobrevolamos el lago y me encantan las estructuras que hay en él, son los criaderos de peces, piscifactorias artesanales hechas con estructuras de madera cuadrangulares y con una red donde el pescado no puede escapar y va engordándose. Son tan fotogénicas desde aquí, parecen tan pequeñas allí abajo rodeadas de islas flotantes de jacintos de agua..
Y finalmente el suelo se va acercando, más y mas y hacemos un aterrizaje perfecto, impecable. Ha sido una experiencia maravillosa, me pregunto por qué no la había hecho antes. Ahora me ha picado el gusanillo, quiero volver a volar.
Con el vuelo parece que me ha entrado la claridad mental. Ya he decidido qué trekking voy a ir a hacer. Me iré al trekking de Ghorepani y después de preguntar en dos agencias y alucinar con los precios desorbitados que me han dado, me he enterado de que es un trekking que puedo hacer yo solo por mi cuenta, fácil de seguir y con buen alojamiento por el camino o sea que me voy a ir por mi cuenta, a mi aire. Me he tenido que ir a sacar el permiso para entrar en la reserva de los Annapurnas y otro permiso para poder ir yo sin ningún guia. Calculo que estaré unos 5 o quizas 6 dias de trekking. O sea que... hasta la próxima... Los Himalayas me esperan
Qué bueno Chema, y yo aquí en la oficina...No podrás hacer fotos pero sí puedes anotar todo lo que ves, así también se recordará. Un abrazo. Fernando
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