Tras cruzar un puente de 3 kms. de largo llegamos a la Isla de Penang, a la que puedes llegar en ferry o por este puente que han hecho en la zona más cercana al continente. Y ahí estaba Georgetown, la capital de la isla, con sus rascacielos blancos residenciales y sus montañas boscosas al fondo. A pesar de ser una ciudad de muy buen tamaño después de venir de Kuala Lumpur parecía que llegásemos a un pueblo.
Esta ciudad fue la primera colonia que hubo en la zona, anterior a Malaca y Singapur, y la verdad es que es una preciosidad arquitectónicamente hablando.
Chinatown |
Tiene un gran casco histórico de estilo chino mayormente y entre sus edificaciones encontramos multitud de templos taoistas, casas de comercio y antiguas casas familiares de un estilo chino muy tradicional. Algunos de los edificios y templos son realmente exquisitos. Me gusta mucho el ambiente y a pesar de los coches y la luz eléctrica uno se siente trasladado a esa época colonial. Los numerosos trishaws que hay en la ciudad contribuyen a esta sensación. Pero no nos engañemos, levantamos la vista y junto a estas preciosidades encontramos los rótulos de neón de negocios varios. Pero aparte de eso, como ciudad es la que más me ha sorprendido hasta el momento.
Little India |
También tiene su zona hindú, como no. Little India tiene muchísima animación aquí, y no te darías cuenta de que no estás realmente en India dada la cantidad de tiendas de bisutería, saris, joyerías, ropa y pastelitos que encuentras aquí. Como la India auténtica. Además, las tiendas de cd's musicales ponen los altavoces en la calle y atronando, con los últimos éxitos de Bollywood. No veas lo que ambienta.
Mezquita justo antes del chaparrón |
Nos vamos de excursión a Penang Hill que es la colina más alta de la isla. Al llegar a sus pies cogemos un tren cremallera que nos sube 800 metros así de repente. Al llegar arriba, aparte de sentir bastante menos calor, tenemos unas vistas fabulosas de esta parte de la isla. Georgetown y sus rascacielos blancos se ven allá lejos, diminutos. El puente de tres kilómetros que la une al estrecho parece de juguete. Se ven los cimientos de lo que será un nuevo puente más al sur.
Luego nos vamos al templo de Kek Lok Si, en lo alto de otra colina. Y la verdad es que es mucho más impresionante de lo que me podía imaginar. Es el mayor templo budista del país, compuesto por una serie de grandes edificios de enormes tejados con aleros anaranjados. Su arquitectura y la finura de sus detalles es simplemente maravillosa. A lo mejor a otras horas hay más turistas, pero ahora mismo estamos practicamente solos y el ambiente es de lo más relajante.
Se está de maravilla aquí, qué tranquilidad, qué misterio, me encanta ir recorriendo el complejo sin saber qué será lo próximo que encontraré, si una enorme pagoda, un altar impresionante, un patio con una fuente llena de peces de colores, un corredor jalonado de estatuas budistas...
Es de lo mejor que hemos visto hasta ahora en el viaje. Y para hacer todavia más espectacular el complejo, dominándolo desde lo alto de la colina, una gigantesca estatua de Kuan Yin, la diosa de la misericordia se alza sobre la ciudad. A sus espectaculares 40 metros de altura hay que sumarle el gigantesco palio circular que han construido para resguardarla, un palio que se apoya sobre tremendas columnas de bronce. La verdad es que es una vision prodigiosa.
Parece que me he recuperado del malestar de mi estómago. Me voy a cenar al enorme mercado nocturno de alimentación, uno de los varios que hay que por la ciudad. Está lleno hasta los topes de gente, pues hay un escenario y 3 chicas muy guapitas y sexys bailan y cantan versiones de los 70 y los 80. Hay mucha animación y ceno tranquilamente mientras veo el espectáculo. Luego de vuelta, la calle está llena de travestis que no dejan de tirarme los tejos, pero ¿qué les habre hecho yo a esta gente?
Desde Penang cogemos un ferry para irnos a Pulau Langkawi, la famosa isla del norte. Esta isla es parte del archipiélago donde se encuentra el parque nacional tailandés de Ko Tarutao, los que habéis leido mis crónicas de Tailandia sabéis de qué hablo. Es un gran archipiélago que está repartido entre Tailandia y Malasia, la parte tailandesa me encantó cuando estuve hace 3 años y ahora voy a ver la parte malaya, la enorme isla de Langkawi.
Niña hinduista |
Señor musulmán |
Campos de arroz |
Y ¿qué hay peor que una banda de hindúes borrachos como cubas cantando o mejor dicho berreando como buenamente pueden por los efectos del alcohol los últimos éxitos de Bollywood? Buf, es algo infumable. No me esperaba este turismo de playa y alcohol y menos en un paraíso como este. Siendo el mismo archipiélago que Ko Taratuo se la ha dado una salida muy distinta en los dos paises. Tailandia ha optado más por la conservación y explotación del parque nacional aunque Ko Lipeh, a pesar de su belleza, también se está masificando por el turismo. Puede estar a punto de morir de éxito.
Mientras, Malasia ha optado por conservar algunos islotes prácticamente vírgenes pero explota masivamente el resto de las islas, pan de hoy y hambre de mañana pues está destruyendo muy rápidamente los recursos y valores naturales que hacen interesantes estas islas.
Como la isla es muy grande para explorarla a fondo sin vehículo propio y en apenas los 2 días que estaremos aquí, opto por contratar excursiones diarias en alguna de las numerosas agencias de viaje locales que hay por aquí. Paqui, mi compi de viaje tiene algún problema de salud que le ha rebrotado aquí y que la tiene dolorida y sin ganas de hacer nada por lo que la opción de estas excursiones es una buena solución para una persona viajando sola sin que ello suponga un gasto excesivo. Me da mucha pena verla así y no poder ayudarla, simplemente queda confiar y esperar que se mejore y le vendrá bien tomarse estos dos días de descanso para coger las fuerzas necesarias antes de afrontar la recta final del viaje, pues en poco más de una semana nos tocará volver.
La excursión de ayer me hizo ver la auténtica belleza de estas islas. Una barca rápida nos llevó en un recorrido por varias de las islas menores que salpican el extremo suroeste de Langkawi. Salir de Pantai Cenang, o el Benidorm malayo, no tuvo precio. De repente me sentí transportado a los rincones de mi imaginación donde se guardan las imágenes que tenemos sobre lo que es el paraíso. Aguas de un verde turquesa oscuro bañan islas e islotes de paredes verticales cubiertas por espesas selvas de un verde inmaculado. A los pies de estas selvas surgen playas de arena insultántemente blancas. Cavidades y estalactitas externas hablan de una intensa actividad kárstica. El paseo se vuelve asombroso mientras la barca va girando a toda velocidad entre los recovecos del grupo de islas y el viento azota mi cara. Qué sensación más estupenda.
Saltarines del fango |
Son los extraños peces llamados saltarines del fango, unos peces que aunque necesitan agua para no secarse, viven y respiran fuera del agua, como los anfibios. Tienen unos enormes ojos saltones y son de color marrón. Son el vestigio vivo del paso de la evolución, cuando los peces empezaron a abandonar los mares para colonizar tierra firme. Toda una curiosidad viviente.
Si intentas acercarte demasiado dan unos rápidos saltitos y se entierran en el lodo, de ahí su nombre.
peces gato acuden a frotarse contra nuestros pies |
Luego vamos a una bahía de otra isla que está completamente cubierta de manglares. Allí, nuestro piloto detiene la barca en mitad de la bahía y tira al agua un montón de despojos de pollo que ha traído consigo. Casi al instante empiezan a aparecer grandes águilas pescadoras que primero planean y luego se tiran en picado a capturar los restos que flotan en el agua. Al principio son 7 u 8 águilas, pero en unos pocos minutos empiezan a acudir desde los manglares y pronto tenemos unas 50 o 60 águilas sobrevolándonos. Y aunque en realidad es un espectáculo preparado que no debería hacerse, lo cierto es que es un lujazo poder ver todas estas águilas a tan escasa distancia, ver todas sus evoluciones en el aire, sus planeos, cómo pliegan sus alas hacia atrás para lanzarse en picado y cómo proyectan sus garras hacia adelante cuando están a punto de llegar al agua, para atrapar su presa y volver a elevarse. Muy bonito espectáculo en un sitio realmente fantástico.
Había águilas casi completamente blancas y otras rojizas y de cuello blanco. Son estas últimas el símbolo de Langkawi y en Kuah, el puerto y principal ciudad de la isla hay una enorme escultura de una de estas bellas águilas de cuello blanco. Para finalizar la excursión nos llevan a la isla de Pulau Beras Basah, donde nos dejan en una bonita playa de arena blanca y yo me dedico a hacer snorkel. Hay muchos restos de coral entre la arena, señal de que aguas adentro hay arrecife. Y sí, lo hay, no es muy espectacular y la visibilidad no es buena pero algo es algo. Al principio sólo veo corales blandos, pero luego surgen grupos de cerebriformes y más tarde los bonitos de asta de ciervo.
Monumento al águila de Langkawi |
Hoy me he ido a hacer snorkel a otra isla lejana, a Pulau Payar, famosa por sus arrecifes coralinos. Nos juntamos un grupo numeroso y nos meten a todos en un ferry para nosotros solos. Casi todo el mundo es malayo y está de vacaciones. Sólo estamos 5 o 6 occidentales. Hago migas con un señor iraquí que también está de vacaciones. Y la experiencia de Pulau Payar ha estado muy bien. Las formaciones coralinas son bastante buenas, principalmente son del tipo bulboso con protuberancias. Bonitas formaciones que llegan a hacerse bastante redondeadas y muy grandes. En otras zonas forman pináculos hermosos que recuerdan a extrañas catedrales submarinas, pobladas de extraños moradores de colores. También hay zonas con formaciones de cuerno de ciervo, que siempre resultan tan llamativas. No son los mejores arrecifes que he visto, sigo pensando que los más espectaculares los ví en Indonesia, pero me han gustado mucho.
Arrecife coralino |
Tiburón de puntas negras |
Siempre se ve algo nuevo y esta vez no iba a ser menos. Estaba mirando unas formaciones con forma de volcán que no había visto nunca cuando a mi izquierda, un poco por debajo de mí ha aparecido un tiburón de unos dos metros de largo. Me ha ignorado completamente y ha seguido su camino rápidamente con su elegante movimiento hidrodinámico. Luego, junto a la orilla había pequeños tiburones de puntas negras o jacketones que se afanaban en intentar atrapar a los peces que acuden a la comida que les dan algunos bañistas imprudentes. Se están jugando los dedos, pues los peces acuden a la mano con comida, pero cuando se lanza el tiburón estos se apartan y el tiburón se encuentra con la mano. Nos dicen que más de uno ha perdido así algún dedo.
No ha sido mal día. El día de las elecciones del 20N, el día de la gran farsa yo lo pasé buceando en un arrecife de coral. Eso sí que ha sido un buen cambio y no lo del ppsoe.
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